Según expertos afirman que las artes escénicas
deberían formar parte de todas las escuelas del país.
Los niños que practican teatro mejoran su
desenvolvimiento social
Según el sondeo realizado a dieciséis niños de la
escuela de Artes Escénicas Segundo Joaquín Delgado de la ciudad de Trujillo, indicó
que mediante el teatro los niños han dejado de ser tímidos, producto de la
exposición constante al público y la interacción con otros chicos de su misma
edad.
Ana
Rebeka Lemus / ECS
“Me gusta el teatro porque comparto con mis amigos, me enseña a no tener miedo escénico, por eso
en la escuela ya no me da pena exponer” comenta con soltura Manuel Azuaje de
diez años de edad quien tiene tres años en teatro.
Los niños de la escuela de artes escénicas Segundo Joaquín Delgado, de
seis a doce años de edad que pertenecen a este grupo de teatro infantil han
mejorado su desenvolvimiento social desde que forman parte de esta organización
cultural.
En un sondeo realizado a los dieciséis niños que participan en esta escuela
de artes escénicas, indicó que el 100% respondió que gracias al teatro han
dejado de ser tímidos, producto de la exposición constante al público y la
interacción con otros niños.
Según el psicosociólogo y profesor del Núcleo Universitario Rafael Rangel
(NURR) Eduardo Zuleta, el teatro puede considerarse parte del desarrollo de la
inteligencia social. “El niño no nace
tímido, sino hacen que lo sea. Empieza a perder esa timidez cuando comienza
interactuar con otros que no son de su propia familia”.
La escuela de Artes Escénicas Segundo Joaquín Delgado se fundó en la
ciudad de Trujillo en el año 1975 dependientes de la dirección de educación y cultura con el
nombre de “Talleres de expresión y motivación”, el cual estaba coordinado por
los profesores Carlos Acevedo, Federico de Vargas y Ramón Méndez, quien es el
Director del plantel educativo en la actualidad.
Las premisas de esta institución están basadas en la orientación educativa,
técnicas teóricas y prácticas sobre la expresión y creatividad, con el
propósito de que se expresen de forma más clara el mundo interior que llevan
consigo los niños, adolescentes y adultos, mediante
el mágico instrumento de la imaginación creadora.
Según el profesor de teatro infantil, Hugo Lemus en la escuela de teatro
se les enseña a los niños a leer, pronunciar correctamente las palabras, entonación, respiración diafragmática,
expresión corporal, concentración, relajación y
actuación. “Los niños aprenden jugando”.

El
telón venezolano
Venezuela es un país cargado de manifestaciones culturales de toda
índole. En actual proceso revolucionario le ha dado especial énfasis a este
ámbito, al punto de crearse el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, en
2005, además de la promulgación en ese mismo año; de la Ley orgánica de la Cultura para el fomento de
las artes en el país. Esta ley sentencia:
Artículo 30: “Las instituciones educativas públicas y privadas, con el apoyo y
orientación del Sistema Nacional de la Cultura, deberán cumplir con los programas de
Educación Estética y Formación para las Artes del hacer, incidiendo en la
dimensión práctica y experimental de la música, la pintura, la literatura, la
artesanía, la escultura, las artes escénicas, la culinaria y demás actividades
susceptibles de coadyuvar al despertar y desarrollo de la creatividad, de
acuerdo con la inclinación y vocación personal del educando”
En las
escuelas venezolanas se han estado incluyendo en sus programas de educación, el
estímulo del área cultural. Según el Currículo Nacional Bolivariano, el
subsistema de educación primaria bolivariana espera que dicho estimulo esté
presente en todas las instituciones a nivel nacional:
“…se
aspira que niños y niñas desarrollen potencialidades que les permitan, como
seres sociales y culturales, promover variadas y auténticas experiencias
comunicativas, participativas donde expresen y comprendan mensajes, logrando
una comunicación efectiva al expresar sus necesidades, intereses, sentimientos
y experiencias en la familia, escuela y comunidad, respetando la diversidad en
los códigos lingüísticos, fortaleciendo hábitos efectivos de lectura y
afianzando el proceso productivo de la lengua (hablar y escribir), con énfasis
en idioma materno (castellano e indígena) y los receptivos (escuchar y leer),
partiendo del hecho que el lenguaje está predeterminado por el contexto
histórico social y cultural, como vía para ampliar el horizonte cultural e
intelectual con el conocimiento del otro”.
“En este sentido y muy
especialmente en el teatro, que es la expresión artística que contiene a todas
las artes y culturas del ser humano, es de gran importancia para las
instituciones educativas, ya que es la base fundamental para que el maestro
propicie la motivación e integración de sus alumnos, en función de la necesidad
de obtener un mejor rendimiento en el aprendizaje”, afirma Ramón Méndez,
director de la escuela de Artes Escénicas Segundo Joaquín Delgado.
El
escenario de la vida
El hecho de actuar en teatro no se queda en los escenarios, sino que
trasciende a la vida misma. Para el psicosociólogo Eduardo Zuleta la
concentración, responsabilidad, disciplina y la organización pueden ser
estimuladas a través de la actuación, para ser aplicada en la vida actual y
futura de los infantes. “Si en el teatro se maneja como debe ser la histrionía
(capacidad para imitar de los humanos) del niño, él va a ser un buen actor en
el escenario de la vida y va a madurar su inteligencia social”.
Según Ramón Gil en
su tesis titulada “El teatro como estrategia pedagógica para el
aprendizaje significativo”,
el aprendizaje de los niños debe surgir de experiencias concretas y prácticas
además de impactar la estructura
conceptual del estudiante con el objeto de generar conductas verbales y de
ejecución en el trabajo grupal, en el cual la actuación sirve como un
estimulante”.
“El teatro como estrategia
pedagógica para el aprendizaje significativo promoverá las habilidades de los
estudiantes en las diferentes materias y/o actividades que realice tanto en la
escuela como en su vida diaria, estimulando los procesos de atención y memoria.
El teatro puede llegar a fomentar un alto concepto de sí mismo como también el
desarrollo motriz, intelectual y socio-afectivas”.
Resultado del teatro
Laudys Valero, madre de dos integrantes de la escuela de artes escénicas
Segundo Joaquín Delgado, ha observado el evidente cambio en el desenvolvimiento
social y académico de sus hijos Perla y César Colmenares. “A mi hija le ha
ayudado muchísimo la actuación, ahora tiene mayor facilidad para expresarse y compartir con sus compañeros. Anteriormente la
lectura le costaba mucho, pero ahora el teatro la ha motivado a leer mejor para
poder aprenderse los parlamentos de las obras teatrales. A César le ayudan
mucho los ejercicios de vocalización ya que él tiene problemas en la pronunciación.
Yo hago el esfuerzo de llevarlos a su clase de teatro porque han mejorado en
todos los aspectos de su vida”.
“Juego que estoy actuando con mis hermanos y mis primos, me gusta hacer
personajes de payasos y viejitos. Yo les digo a mis amigos que el teatro es muy
divertido y que me enseña a hablar mejor” comenta entusiasmado Camilo Araujo de
diez años de edad, integrante de la organización cultural.
El profesor de teatro Hugo Lemus afirma que la actuación incide en el
desarrollo de sentimientos y emociones los cuales son elementos vitales para
una adecuada interacción social. “El teatro es el espejo de la vida misma donde
hacemos cosas que en la realidad no podemos hacer sin que nos llamen locos”
El teatro es una manifestación de la
actividad humana que permite la expresión y el desenvolvimiento placentero de
toda persona; en especial cuando se está en la etapa de educación básica, por
lo que se considera fundamental su práctica en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Según la tesis de Ramón Gil “El teatro
como estrategia pedagógica para el aprendizaje significativo”
Para el profesor Lemus las escuelas estadales
deberían inculcar el teatro en los niños y colocarse a las par con las
nacionales, las cuales ya tienen las artes escénicas introducidas en su
programa educativo “La actuación es de gran importancia para el desarrollo de
cada niño en su vida, para un mejor desempeño con el mundo que lo rodea”.
La actuación no sólo les ayuda a los niños en su desenvolvimiento social
actual, sino también en su futuro. En sus vidas de adultos podrán desarrollarse
de manera satisfactoria en dimensiones como la afectiva, laboral y académica
pudiendo expresar mejor sus sentimientos, tener mejor desempeño en sus
funciones como también seguridad en su mismo.
El teatro es esencial para la formación integral, equilibrada y armónica
de nuestro ser y un peldaño importante para el desarrollo de nuestro futuro,
afirma el psicosociólogo Zuleta.
Despiece:
Perla
Colmenares de seis años de edad comenta “el profesor me enseña los movimientos
de la cara, respirar y pronunciar bien las palabras”.
Tibayre
Terán de diez años afirma “desde que estoy en teatro no me da pena hablar como
antes”
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